{DE PIGMALIÓN Y GALATEA, algunas cosas de más y un puré de calabaza}

El termómetro marca 38. 

Tengo caldo en la nevera y kilos de naranjas para hidratarme.

Un sofá desde el que las distancias hacia cualquier lugar de la casa o el mundo no son insalvables-

Veo el documental de James Baldwin, habla de humanidad.

{La  calefacción funciona de maravilla, pasaron los tiempos de la estufa de butano, un buen pijama y una manta perfecta… ¿Si las Conselleres y Consellers tienen frio…les darán una manta de más?}

Humanidad, que se duele y se revela ante la injusticia y la falta de tolerancia; humanidad, que se alza ante la imposición de normas arcaicas, que ahora se llaman neoliberales, aquellas que ni pretenden crecimiento ni belleza, si no permanecer estáticas en el mantenimiento del poder de unos pocos para detrimento de muchos.

{E ppur si muove…}

Pero vamos al asunto que nos mantiene estos días alerta: El fascismo que algunos llaman democracia en post de la postverdad.

El fascismo, tal cual suena y se lee,  nos explica  que nos protege y nos salva de fantasmas que en la noche acechan a la vuelta de la esquina, fantasmas de los que no conocemos ni el rostro ni el nombre, pero que nos asegura están ahí, sin facetas ni aristas definidas, al estilo Lovecraft, adaptado a cualquier tiempo o lugar: El monstruo amorfo e incorpóreo al que no sabes ponerle nombre pero del cual te prometen te protegerán…ad nauseam…

{Un anillo para gobernarlos a todos…}

La política del miedo prolifera en tiempos de crisis, (aunque yo prefiero que proliferen setas y helechos) cuando tememos no poder pagar la factura de la luz, la misma factura que ha subido de precio en manos de los hipnóticos señoritos que nos van a dar un mejor trabajo, dicen, para poder asumir ese incremento: Creo un problema, te lo muestro, te ofrezco la solución…vótame. Ya te has olvidado de que yo creé el problema.

Las nuevas formas de sometimiento no son nunca ni gratuitas ni evidentes, muchísimo menos evidentes, ha hecho falta poner a la vista a través del nada equidistante Procés Català, las rancias maneras  y poco quijotescos lenguajes que ostenta el nacionalismo español: Desde el primer “A por ellos” ( Ellos somos nosotras y nosotros, seres racionales que defendemos el derecho a la autodeterminación mediante la práctica del voto, derecho universal que ejerce cualquier pueblo que se siente maduro democráticamente) hasta la ridícula prohibición del color amarillo, pasando por todas las tretas, provocaciones, mentiras y mentirijillas, ocultaciones y juegos malabares, trolas o exhibicionismo fascistocrático con tufo a naftalina, y hasta el próximo 21 de Diciembre, en el que la fiereza y violencia verbal y propagandística aumentará día tras día, veremos mucho de todo ello.

{Un anillo para encontrarlos…}

Y Así, como si fuera de repente, somos soldados en las redes sociales, perseguimos y perseguidos por boots y trolls, y como en un gran circo, nos exponemos, aunque algo envenenados ya, pues nos han inoculado pequeñas dosis de miedo y amenaza.

{Un anillo para atraerlos a todos…}

Y aun Así…Somos  conscientes de nuestra fuerza, la ejercemos, resistimos, mantenemos posiciones, nos replegamos, nos damos las manos, escuchamos y cantamos canciones, leemos poesía y rebuscamos entre nuestros libros aquella frase que levantará la moral de los inocentes desde esta o aquella plataforma en las redes.

De nuevo Gandhi, Mandela o Papasseit vuelven a acompañarme, mi legado es grande como un océano de actividad, me detengo solo para reflexionar, mientras escucho Pau Casals para curarme del odio y el resentimiento de los que siempre quieren ganar e imponer su voluntad, a cualquier precio, pisoteando esperanzas, ideas, sueños y demás entelequias o entuertos tan, tan…y tan humanos.

{Mordor, Ganfalf… ¿Izquierda o derecha?}

Y es que nos acostamos pensando y deseando que se libere a nuestros líderes, se nos encoge el corazón cada vez que vemos de nuevo demostraciones violentas que campan impunemente en nuestros pueblos, y aún a pesar de ello…el corazón sigue palpitando, y tras contraerse, se vuelve a dilatar, y bombea y nutre todos nuestros tejidos e intersticios para renovarnos, y seguimos respirando, y volvemos a mirarnos a los ojos, y,  sin mediar palabra, ya nos hemos entendido.

No quiero limitarme a copiar slogans o cualquier tipo de propaganda, a mí lo que me gusta

de verdad es sembrar ideas, semillas… Rosa Parks dijo “NO” …me encanta que pensemos en el precio, las consecuencias y lo logrado a partir de esa única palabra…”NO”.

Me gusta muchísimo que la gente piense por si misma, para poder así dialogar, empaparse de cultura y crecer hasta percibir, tal vez, el verdadero sentido de los elevados ideales de los que nos han precedido y de los que nos avanzarán en el camino de la vida y sus azares.

Vivo para  preservar la belleza de la constancia  que nos hace salir de la oscuridad, como  en un poema de Yeats que nos despierta a un nuevo mundo de sensaciones, o aquella frase de Frankl que nos hace preguntarnos dos veces si estamos tomando las decisiones de acuerdo a los valores éticos que han inspirado a generaciones, y que hacen de este mundo, el lugar amable y habitable por el que estamos luchando, el que queremos cuidar, el que amamos por sus viñas y panes,  y en el que creemos millones de personas, por el que pagamos el diezmo y en el que enterramos a nuestros mayores.

Me da la vida escuchar al señor mofletudo cuando al caminar por el lado luminoso de la calle de repente no me pesa el cuerpo, porque sí, porque la música nos habla al alma directamente, porque la música no miente.

{When the Saints go marching in!}

Se me caen a peso de plomo las lágrimas cuando recuerdo a muchos niños y niñas, de muchos colores y países, bailar en circulo en el patio de un colegio que la pasada semana amaneció con pintadas nazis en sus paredes y en el que hace dos meses la violencia se cebó sin límites y aún hoy es recompensada por quien pretende hacerme creer que lo normal es lo estático y lo inamovible…

Yo sé que esos niños y niñas, por los que vivo y respiro, son tan mundo como quieran ser y expresarse en el mundo, que el destino está a sus pies, y que, bajo sus pies, esta tierra, y sus danzas.

Siembro ideas, y a veces recojo soledades, leo poemas, me detengo igual ante cuadros que esculturas o amaneceres, pierdo canciones por el camino, me parasitan dolores ajenos que no me conocen, me repliego de nuevo, y como Dickinson, me expulso a mí misma, aunque no pueda, y vuelvo a aquella tarde, cuando a los  8 años, mi padre leyó uno de mis primeros casi-escritos ante los clandestinos del POUM, y como Arwen, renunciando a la obscuridad, releo  mi destino, y pienso, ilusionada, exactamente igual que aquella niña de 8 años, todo lo que me queda por conocer y aprender, pago mi diezmo.

{No me agacharía a tomarlo ni, aunque lo viera a la vereda del camino}

No, hoy no me convertiré en piedra. Porque necesitamos mapas, poetas y poetas, y más poetas, héroes, mitos, panaderos y carpinteros, necesitamos oficios dignos y maestras buenas, nos urge la palabra que define la paz duradera, nos empele la música que nos embriaga el alma de pasión perecedera, y para todo ello, no podemos convertirnos en piedras.

Angelina E. Zurita Diestre, Cubelles, 3 Nov 2017.